El concepto de ecoturismo se asocia a un desarrollo de la actividad turística fundamentada en los pilares de la ética, la ecología y la sostenibilidad, cuyo objetivo es lograr que los turistas se involucren conscientemente con los paisajes naturales y las personas que habitan cerca de ellos.
El objetivo del ecoturismo es el que las comunidades asuman el cuidado del medio ambiente como parte de un compromiso medular del ser humano.
La Sociedad Internacional de Ecoturismo lo define como una de las formas más sostenible de la actual década del siglo XXI, un viaje responsable a áreas naturales que conservan el ambiente y mejoran el bienestar de la población local.
Desde hace unos pocos años el ecoturismo comenzó a posicionarse como una de las opciones más demandadas de las ofertas turísticas, dado que permite observar de cerca los paisajes, las historias de ciudades antiguas o en ruinas y las distintas culturas, sin que ello desencadene impactos negativos.
De este modo, además de cuidar el planeta, el ecoturismo evita que por medio de la actividad turística tradicional se dañen zonas de valor natural, al tiempo que se fomenta en los seres humanos la creación de una conciencia ambiental mediante acciones como el senderismo, la repoblación forestal, el avistamiento de animales con guías o la realización de jornadas solidarias en zonas de bajos recursos.
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Esta práctica también busca impulsar el desarrollo local de las zonas rurales cercanas a las regiones aptas para el ecoturismo, pues parte de las ganancias que se obtienen de su impulso, se revierte en la creación de empleos como tiendas de artesanía, guías turísticos o alojamientos propios, así como en inversiones a corto, mediano y largo plazos para mejorar la vida de los habitantes en esos territorios.
De modo que el ecoturismo se vincula estrechamente con el conocimiento, con el respeto a la cultura y las tradiciones ajenas, con la reverencia a la diversidad y con los aportes que ha hecho la naturaleza a las diferentes regiones, en aras de impulsar la agricultura, la pesca o la ganadería, según corresponda.
Ante el impacto positivo que ha generado esta actividad en el clima y la consecuente reducción de la emisión global de gases efecto invernadero en un 7 por ciento que provocó la pandemia de la Covid-19, entes internacionales vinculados a la Organización de Naciones Unidas (ONU) indican que el futuro del turismo debe optar por la resiliencia, en aras de reducir las emisiones de carbono en un 50 por ciento con vistas a 2030.
De este modo, la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 2019 había alertado que las emisiones de carbono por parte de ese sector en sentido general, se incrementarían a inicios de la próxima década en un 25 por ciento.
Un informe divulgado por esta entidad analiza la evolución de la demanda turística en las diferentes regiones del planeta entre 2016 y 2030, previendo que solamente las emisiones de dióxido de carbono asociadas al transporte en el turismo representaron el 5 por ciento del total, y que hacia 2030 aumentarían en un 5,3 por ciento si no se actúa a tiempo.
Semejantes cifras promovieron la urgencia de tomar medidas de alto impacto que reviertan esta situación, y fomenten el ecoturismo como una alternativa más segura, responsable y eficaz para reducir los efectos del cambio climático.
En este sentido, la OMT se comprometió a encaminar un esfuerzo acelerado hacia la práctica de un turismo de bajas emisiones, en aras de corresponder los esfuerzos de los objetivos climáticos globales.
Por ello, la iniciativa se orienta a sensibilizar a las personas y grupos sobre los índices de emisión de carbono a la atmósfera terrestre y cómo a esto contribuye la actividad turística, así como a optimizar los recursos con el propósito de que todas las agencias turísticas promuevan el ecoturismo.
Entre las iniciativas ecológicas que se consideran como viables para preservar el ambiente mediante la práctica de este tipo de turismo, figura el empleo de formas renovables de energía, que puede incluir el aprovechamiento de la energía solar, el reciclaje de lluvia y el aprovechamiento de los recursos del entorno para el decorado y la ambientación de los locales turísticos.
Estos nuevos conceptos ecológicos permiten a los turistas comprender nuevas formas y estilos de vida, con el propósito de que los apliquen de modo más habitual en su vida cotidiana, como una forma de contribuir a una forma de progreso más sostenible.