América Latina y el Caribe es la región más protegida del mundo, pero no es representativa en términos de biodiversidad. “Al proteger áreas intactas y restaurar ecosistemas degradados, los países pueden crear una red que ayude a detener y revertir la pérdida de biodiversidad, mantenga los servicios ecosistémicos esenciales, apoye a la sociedad para enfrentar y adaptarse al cambio climático y reduzca el riesgo de futuras pandemias”, señalan los especialistas de la UICN en el informe Planeta Protegido.